viernes, 7 de febrero de 2014

Si tratase de definir resistencia de un modo un modo simplista y quizás un poco impreciso podríamos entender que resistencia es la capacidad que tiene un microorganismo de evitar de la acción de un antimicrobiano, ¿Cómo se asocia el fenómeno de la resistencia con el uso inadecuado de antibióticos?  La idea es la siguiente  cuando somos afectados por una enfermedad infecciosa  hay un gran número  de bacterias, dentro de esa población existen pequeñas variaciones genéticas (así como dentro de la población humana misma ), al realizar un tratamiento antibiótico se van eliminando las bacterias que son susceptibles al antimicrobiano en cuestión y van quedando aquellas que por cualquier razón “lo resisten” (Imaginen algún dictador loco que diga que los pelirrojos son superiores y empiecen a matar a todos los no pelirrojos) .

Una parte de la resistencia viene dada por la variabilidad genética azarosa que pueda haber dentro de la población bacteriana, pero otro aspecto muy importante es que muchos antimicrobianos provienen de fuentes naturales como hongos y bacterias, por ende han estado interaccionando con los microorganismos desde mucho antes de su uso terapéutico, si nos adentramos un poco más en los antimicrobianos que tienen su origen en bacterias (vancomicina, Clorafenicol  entre varios otros) es lógico que si la bacteria los produce en contra de otros microorganismos, ella misma debe ser resistente al producto generado, ahora si a esto le sumamos  la transferencia  génica existente en las bacterias  podemos acercarnos un poco más al entendimiento  de la lógica de la resistencia.


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